El verano se va
hasta como en todos los años
en que se viene
y se va,
llegando a la estación siguiente
teniendo un poco de frío,
envejeciendo poco a poco
siendo figurado
como el rostro de una persona,
las hojas cayendo
uno desde el precipicio de un árbol
confirmando su fecha de caducidad,
el verde de su raíz
le aparece las canas en lo amarillento
y amarronado como en el suelo de la tierra,
secados llegando por las precipitaciones
que caerán más tarde,
le ayudan a dar un vuelo
a mayor fuerza del viento,
la tarde se vuelve a darlo pronto
hacia la oscuridad de la noche,
el tiempo se hace muy notable
porque es especial por las tardes,
acortándolo en el tiempo
a lo mayor y a lo gordo,
las arrugas del día
le llegan poquito a poco
a estar en la madurez.
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