Llueve sobre blanco
entre los copos de nieve,
se van cayendo despacio
en los pequeños cristales,
los fractales se juntan
unidos a una forma diminuta,
abriendo y suavizando
en lo blanco.
Muy cortadas las mañanas felices,
las frías noches de larga distancia
recorridas en la noción del tiempo,
atrapados en el congelador
de una nevera en tierra,
dejando a medias
en el centro del ecuador,
llegando hacia el norte
de nuestra querida madre.
Entre un mes al anterior año,
entre dos meses al nuevo año,
nos quedaremos muy recios de piel,
el sol se quedara unas pocas horas,
alejándonos de los trópicos
del exótico veraneo,
acercándonos a los círculos
de la polaridad meridional,
nos vestiremos de muchos abrigos
y guantes termales,
hasta que nuestro cuerpo aguante
al que nunca nos vestiremos de animales
dejados en su piel.
El cielo se cae
entre los copos de nieve,
se caen muy despacito
llenándolo hacia el montón,
dejando en el terreno
todo sobre blanco.
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