jueves, 5 de mayo de 2011

Fotografía






















Un disparo y una captura,

un instante y una congelación,

se para la imagen,

se para el movimiento,

usar en el momento instantáneo

en el momento preciso,

pulsando tan solo un botón

disparando sin herir ni matar,

se dispara retratando

con el armamento en sus manos,

con el prestigio en sus manos

va liando los rollos

de la película,

los cartuchos de papel

van revelados a 60 segundos,

los formatos de archivos digitales,

las tarjetas de las memorias

que nos recuerdan los momentos congelados,

con sus megapíxeles según sus formatos,

pasando por una tienda a revelarlo,

pasando a los archivos

por un ordenador en un disco duro,

la imagen tomada

se va quedando siempre en un instante,

tan claro echando en un flash

accionando la luz,

el proceso capturado

por fijarlo a lo sensible a la luz,

el pequeño agujero

que va recorriendo en la superficie,

reduciendo por el tamaño,

nitidez en el aumento,

el origen de lo oscuro,

el blanco y el negro de antes,

el color de ahora,

en varios formatos

hacemos lo que queramos,

artistas o aficionados,

entre amateurs, expertos y profesionales

usan su cámara en sus propias manos.

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