Recuerdo que cuando era un niño
que mi padre me llevaba de paseo con una Vespa del 83
en un verano en las calles del pueblo,
llevaba una cilindrada de 200 centímetros cúbicos
con unos intermitentes integrados,
con un escudo delantero bien diseñado
incorporando una guantera para guardar cosas
en la parte posterior del mismo,
un gran icono urbano,
un viajero del tiempo
marcado por las épocas y generaciones de nuestras vidas,
nuestro estilo de vida necesitando nuestro propio transporte,
nos llegó en las manos de la juventud motera,
el primer scooter de la historia,
nacido a mediados de los 40
después de la segunda guerra mundial,
los cincuenta y sesenta fueron esplendidos,
las estrellas de la calle,
muchos chicos/as,
solo y acompañado,
pasean y recorren las calles de la ciudad y del municipio
en busca de libertad generacional,
los rockers rebeldes,
los mods de la beatlemania,
los hippies vegetarianos,
los punks del sistema,
los pijos normales y corrientes,
los bakalaos de la ruta,
los raperos en chandal,
los indies independientes
van dejando huellas en el asiento de una moto,
tan famoso y usado en muchas películas,
el espíritu italiano,
el prototipo de antes
desarrollado después,
hace 65 años que se invento el scooter,
un símbolo urbano y callejero
recorriendo los espíritus juveniles,
tan guapos y presumidos
con una indumentaria callejera,
las noches de fin de semana
en busca de guateques y discotecas,
el pequeño jinete dominante
con dos ruedas,
en busca de libertad urbana
en un espíritu juvenil,
que nunca morirá en las calles.
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