sábado, 12 de febrero de 2011

Televisión
















Mirar por una pantalla de un tubo,

una caja que esta tonta,

que no es tan tonta como es cualquiera,

que alguien lo ve y se da cuenta de lo que esta viendo en sus propios ojos,

los grandes pixeles van llenándose en la propia imagen,

las multitudes en canales abiertos y privados,

los pagados y los gratuitos,

por ver al poder de la información y el entretenimiento,

hacer un gran espectáculo dentro y fuera de casa,

controlando las programaciones correctas,

emitiendo desde una torre de emisiones en la capital,

transmitiendo y recibiendo,

aprendiendo y sabiendo como las estrellas en directo,

ser como ellos imitando su estilo

influyendo y generando,

la admiración por verlo en pantalla,

viendo en nuestras vidas,

los momentos en los propios ojos vistos ante la pantalla,

conocer y saber,

ver y oír,

la imagen y el sonido,

las historias llenas en su poder abusivo,

la gente viendo,

la familia viendo,

las edades que procuran ver en la pantalla,

los contenidos flojos para la mañana,

los contenidos fuertes para la madrugada,

evitar la perturbación vista,

influir en lo visto,

puede ocasionar muchos problemas cuando crezcan,

por ver contenidos adultos,

influir cuando son adultos,

que no son sueños hechos realidad,

que es muy feo y de mala educación,

solo para la gente menor,

no es tan demasiada droga para colgarse,

ni tan tonta y tan estúpida de esta gran caja de sorpresas,

llenando éxito y emoción en el espectáculo,

el poder lleva,

la expectación invadida en los hogares y lugares,

generando para todos los públicos,

una caja de grandes sorpresas,

no es tan tonta y tan estúpida,

sino en los contenidos heridos de sensibilidad.

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